lunes, 17 de febrero de 2020

Presentación


Sed bienvenidos al Catálogo de casetas del Somontano que inicia hoy su andadura y animaros a colaborar si sois de la comarca.
Aquí nos centraremos principalmente en las casetas abovedadas, aunque puede haber alguna distinta si es de interés.
Aunque no se dan en la comarca con la densidad que en otras, su diversidad las hace si cabe más singulares.
Por su tipología y técnica constructiva, puede afirmarse que existen ejemplos de una perfecta ejecución.

Sí amigos, las casetas que nuestros ancestros construyeron en los campos forman parte de nuestro patrimonio, y quizás también por éllo, llevan el mismo camino que el resto. Un camino que empieza en la ignorancia, pasa por el abandono, y termina en la destrucción y ruina.
Antes que todo eso ocurra, dejaremos aquí testimonio de lo que aún puede verse. De modo que las futuras generaciones puedan lamentar lo que nos dejamos perder y seamos para éllos en este tema un ejemplo a no seguir. 
En esta primera entrada veremos dos auténticas joyas para que le vayan cogiendo el gustillo.

La primera se situa en el término de Pozán de Vero y a pesar de su aparente rusticidad, es de impecable factura. Construida en yeso y caliza, su dintel monolítico lo corona una gran pieza semicircular, en el interior veremos como otra gemela remata la bóveda en la parte trasera.


Tras un tramo recto, la bóveda arranca por acercamiento de hiladas, y su cúspide se remata de lajas atacadas. La solidez de esta configuración es indiscutible, como lo atestigua la propia caseta, que no me atrevo a datar.


La parte interna del dintel se halla dividida por una losa vertical.


La segunda está en el término de Laluenga, donde la abovedada está asociada a otra rectangular con tejado a un agua. En la complejidad de sus elementos constructivos notaremos la mano del picapedrero y del albañil. Puede decirse que se construyeron por encargo, como otras que veremos.


La primera luce un gran dintel monolítico donde se grabó una cruz, (existen dos más en la fachada).
Su diseño con el voladizo corrido remite al que se usó a primeros del siglo XX en las de la Litera.


Tanto ésta como la segunda se orientan en la dirección del estrato de arenisca que les sirve de apoyo, pero en la primera no sólo fundamenta un lado sino que se aprovecha para convertirlo en pesebre.


La caseta es de más que mediano tamaño y presenta un estado muy precario, cercano a su hundimiento definitivo.


Junto a la puerta se hallan estas iniciales y el año que pudo ser el de construcción grabados en el revoco.
El barro que se filtra por la grieta de la fachada cubre antiguos grafitis que rodean la inscripción.


Para quien le coja de nuevo, debo informarle que las gentes grababan en las casetas armas blancas como elemento protector. Esta costumbre la he encontrado repetida en muchas casetas dentro y fuera de Aragón.
Dagas, cuchillos, espadas, navajas y otros recogidos por la Litera pueden verlos aquí.
Cuesta de verlos a simple vista en este caso ya que están tapados o son muy ténues, por lo que he usado un editor para resaltarlos.
Aquí vemos un par de navajas.


Y aquí un cuchillo y una cuchara entre dos dagas.


E incluso una pistola, que tampoco es la primera que veo.


La caseta asociada a la anterior tiene su fachada apoyada sobre el estrato rocoso, lo que provoca que su entrada esté elevada. El almohadillado rústico que vemos en los sillares inferiores de jambas y esquinas muestra la hechura de un profesional. Interiormente un recio tabique de adobes la divide en dos volúmenes. El izquierdo va de suelo a techo y parece haber sido el pajar. Mientras que en el derecho un techo bajo cubre un pesebre sobre el que había una pequeña planta de habitación con un minihogar.


Como menú de degustación yo creo que ya es bastante. A partir de aquí y de hoy veremos más casetas, más grafitis, nombres, fechas y otros vestigios de la vida pasada. Les espero.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Página 7

En el término de Barbastro se encuentra la Nº 22 de este catálogo. Se halla asociada a una caseta rectangular de yeso y adobe.


Cuenta con un pesebre lateral y un marcado retranqueo donde se inicia la bóveda. A pesar de su abandono está en un relativo buen estado.



La caseta Nº 23 se situa en el término de Barbastro y es remozo con ladrillo de otra más antigua con base de piedra arenisca. Localizada gracias a Mariano Val, habitual colaborador en este tema.


En su interior se halla construido un gran hogar con dos bancos corridos y se ve resto del pesebre. Se aprecia aquí como tan sólo es de ladrillo la cúspide de la bóveda.


En una de sus paredes aparecen grabados diversos objetos punzantes como elemento protector. Tema que se repite en muchas de éllas. También esbozos de figuras femeninas.





La Nº 24 también en el término de Barbastro es una rústica construcción en yeso.



Se halla asociada a este pequeño almacén que albergaba el día de mi visita, los restos de una aventadora de más que mediano tamaño. Restos que nos hablan del cultivo del cereal de secano.



Y llegamos a la Nº 25 también en el término de Barbastro que se situa bajo la copa de una gran encina.


La base de la caseta no es otra que la piedra arenisca excavada sobre la que se apoya la bóveda.


Presenta un relativo buen estado a pesar de su abandono. Por su estilo creo que fue construída a principios del siglo pasado.

martes, 24 de febrero de 2015

Página 6

La número 9 en el término de Peraltilla es el bonito ejemplar que sirve de cabecera al blog.


A pesar de su solidez constructiva, el derrumbe de su parte posterior ha colmado el pesebre.


La Nº 18 en el término de Laluenga está justo en la Cabañera y disponía de dos plantas y hogar. Un zarzal la hace inaccesible y por desgracia se ha derrumbado la mitad de la cubierta.



La Nº 19 en el mismo término es una singular reconstrucción de una pequeña caseta mediante ladrillo macizo.


Dispone de un pequeño pesebre.


La siguiente y Nº 20, tiene la misma configuración que las cercanas a la Clamor en Laluenga, se halla asociada a una caseta rectangular con tejado a dos aguas.



A pesar de su sólida construcción la pérdida de la fachada la lleva a la ruina. Su pesebre se construyó íntegro en arenisca.



En el otro extremo del término y solitaria en medio de un campo, la Nº 21 es singular donde las haya.
Su fachada está medio arruinada, aunque la bóveda, cuya cimbra fue de madera y se construyó en dos tramos, presenta un relativo buen aspecto. Tenía una pequeña dependencia lateral.


Internamente presenta una divisoria a modo de dormitorio, totalmente vacío, al que se accede por medio de una pequeña portezuela con cerrojo.



En el dormitorio hay un respiradero en el techo cerrado con una losa, mientras que en la parte de las bestias la salida de humos estaba formada por tejas. Junto a la puerta se halla este grafiti geométrico.


Hay vestigio de grafiti aunque ya muy gastado, se reconoce un nombre: "Segundo".


Y dos puñales protectores.


Página 5

La número 3 en el término de Castillazuelo es apuntada y el empuje de la fachada se frenó con dos contrafuertes. En el interior también se halla reforzada. Fue construída con cimbra de tierra.


Su pesebre se divide en cuatro compartimentos.


En una de sus jambas pueden verse grabados una pistola y un cuchillo.




La número 14 en el término de Laluenga es de las pocas con doble pesebre. Su función básica era la de establo.



La número 12 (localizada gracias a Armando Biendicho) en el mismo término es de grandes dimensiones en sillar de arenisca. Visible de camino a las ruínas románicas del Almerge.
A pesar de éllo está arruinada por el hundimiento de la cubierta y la planta de habitación que la dividía.


Una escalera daba acceso a la planta donde se encontraba un pequeño hogar.


En el revoco puede verse un grafiti con el nombre :"Antonio Cinia" y la fecha de 1901.


En la fachada también se grabó una A, ahora ya muy gastada.


En el mismo término la número 17 , dificil de localizar, se mantiene en bastante buen estado.



A pesar de su situación se halla muy grafiteada con varias fechas a lo largo del tiempo. En la más antigua que he encontrado en el revoco puede leérse: "José Ceresu Sercue Año 1950"


Y aquí: "Ramón Escalona, Laluenga, Huesca 1955"


En el pesebre se hallan dos grafitis, el más antiguo y ténue es el de una pistola donde se aprecia el martillo y el gatillo. El segundo parece más moderno y representa una casa.